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Inmótica  

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La inmótica consiste en el conjunto de tecnologías que se aplican al control y la automatización inteligente de edificios no destinados a vivienda. La inmótica nos permite realizar una gestión eficiente del uso de la energía y también nos aporta seguridad, confort, y comunicación entre el usuario y el sistema.


¿Qué nos proporciona la inmótica?

 Los equipos y sistemas de automatización y control de edificios (BAC) proporcionan funciones de control efectivas las cuales se pueden aplicar para climatización, agua caliente, iluminación… lo cual conlleva una mayor eficiencia energética y operacional. También permiten la configuración de funciones y rutinas de ahorro energético las cuales se basan en un uso real del edificio.

Los sistemas de inmótica se nutren de la conexión a Internet para empresa para permitir el control de los sistemas así como recoger información para llevar a cabo su labor. Además, se podrán controlar de manera remota desde cualquier lugar gracias a cualquier dispositivo conectado a Internet.

Este tipo de sistemas también nos dan información sobre el funcionamiento, el mantenimiento, los servicios y la gestión de edificios. Si bien es cierto que esta información se basa en el ahorro de energía y la eficiencia energética, lo cierto es que también se usan para aumentar la seguridad y el confort de las personas.

Las funciones que afectan a la eficiencia energética en los inmuebles están divididas en tres grupos:


Funciones de regulación automática

 

Automatización y control de edificios

 

Gestión técnica de edificios con funciones de eficiencia energética

 

Lo bueno de todos estos sistemas inteligentes no es sólo que se puedan controlar de manera remota, sino que ellos mismos son capaces de aprender y llevar a cabo acciones de manera independiente al usuario, cuyo objetivo es reducir el consumo al mínimo.


Ventajas de la inmótica

 

Los sistemas inmóticos poseen grandes ventajas que se podrían resumir en tres: aumentar la eficiencia energética, la seguridad y el confort del usuario.

Dentro del ahorro de energía, un edificio inmótico puede llegar a reducir su consumo en hasta un 40%.

Otra de las ventajas es que permiten un mejor mantenimiento del edificio, detectando las averías al momento y llevando a cabo soluciones rápidas, lo que evita problemas más graves.

Gracias a la inmótica se consigue un mejor (y más sencillo) control de accesos. También se detectan más rápidos problemas de seguridad como intrusiones, incendios, fugas de gas…

 

 

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